A Sheila Marsh, una mujer de 77 años oriunda de Wigan, Inglaterra, no le quedaba mucho tiempo de vida. Había sido recientemente hospitalizada luego de un largo tiempo luchando contra un cáncer. En el hospital pidió su último deseo: ver a su caballo Brownen por última vez.
Para cumplir ese deseo, llevaron a Brownen al estacionamiento de la Enfermería Real de Wigan y a Marsh la llevaron en su cama al mismo lugar, para que los dos tuvieran un último momento juntos.
Marsh falleció a las pocas horas del emotivo adiós. “Tenía una relación muy especial con Brownen”, dijo Tina,la hija de Marsh.
“La había tenido durante unos 18 o 19 años, desde que Brownen tenía 7. Fue muy conmovedor para todos nosotros, significó mucho para todos”.
A pesar de que se encontraba débil, Marsh reunió fuerzas para hablarle a su amado animal. “Le costó mucho a mamá hablar en su último día, pero logró decir claramente el nombre de Brownen y le pidió un beso”, dijo Tina. El caballo también reconoció a su dueña y ambos compartieron una emotiva despedida.
“El caballo se acercó tiernamente y le dio un beso en la mejilla, al momento de despedirse”, dijo la enfermera Gail Taylor.
La señora de 77 años, que era dueña de varias mascotas, había pedido su deseo al personal del hospital luego de que estuvo con sus perros por última vez el fin de semana anterior. El personal organizó la reunión con la ayuda del hospital y organizaciones de la zona. Luego de ver la profunda conexión que tenía Marsh con su caballo, el personal del hospital dijo que fue un honor organizar algo así.
“Me siento muy satisfecha por haber podido facilitar la visita del caballo de la señora Marsh”, dijo la directora de la Enfermería, Pauline Law. “Obviamente fue muy importante para ella y para su familia y nos sentimos privilegiados de haber podido proveer este servicio en esta etapa crucial de su cuidado”.
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