NIÑOS NECESITADOS DE CUIDADOS ESPECIALES. T. Weihs

Categories: Care.

Estamos acostumbrados a decir que los niños crecen “hacia arriba”, pero, ¿es ésta una expresión exacta?. ¿Crece realmente el niño “hacia arriba”?

Cuando tratamos de ver al recién nacido tal y como realmente es y no como nosotros lo imaginamos, lo vemos en los brazos de su madre, o en la cuna, o en su camita, al contrario que las crías recién nacidas de los animales, que se levantan y tropiezan apenas nacen. Los terneros y los potros crecen literalmente “hacia arriba”.

El recién nacido está indefenso y depende absolutamente de su madre. El único reflejo coordinado del que dispone es el de la succión. Sin embargo, dentro de los primeros días y semanas comienza a extenderse el control a la sede del movimiento, un verdadero mar donde el recién nacido parece hallarse a la deriva. El control motor del niño crece “hacia abajo”, a través de su cuerpo y más tarde a través del lenguaje y el pensamiento. El primer control motor se observa algunos días después de su nacimiento, no más tarde de algunas semanas. El niño aprende a coordinar los movimientos oculares y a seguir un objeto que se mueve. Al segundo mes su cabeza y cara comienzan a seguir la dirección de su mirada y a girar su cabeza hacia una luz o un sonido. En los meses siguientes, el control voluntario del niño desciende a hombros y brazos. En el segundo semestre empieza a sentarse, a gatear, a arrastrarse sentado y al noveno o décimo mes, siente deseos de ponerse de pie. El control motor ha pasado desde los ojos del niño hasta los pies a través de todo el cuerpo.

Hay dos movimientos muy controlados del primer año de vida: la sonrisa infantil que aparece a la sexta semana y el “balbuceo infantil” que aparece al mismo tiempo que la actividad prensora, en el segundo semestre. Este balbuceo es una nueva faceta del control motor que es común a todos los niños. Es una forma arquetípica de “lenguaje” como el lenguaje de la Torre de Babel que une a toda la humanidad en su primera infancia.

A lo largo del segundo año hay una segunda forma de “descenso” a través del lenguaje, de la cualidad cognoscitiva de los nombres a la cualidad emocional de los adjetivos, hasta la cualidad activa de los verbos. En el transcurso del tercer año se produce un descenso más sutil, desde la capacidad de pensar con ayuda de la memoria, la capacidad indagadora de la imaginación hasta llegar a experimentar su propio ego.

Nos es fundamental comprender la evolución del crecimiento del niño, de su lenguaje, cómo se integra en su entorno para comprender mejor a los niños necesitados de cuidados especiales. El que desea profundizar en estos temas puede encontrar ayuda en el libro Niños necesitados de cuidados especiales de Thomas J. Weihs, Editorial R. Steiner. Este autor indica que la ayuda a los niños con necesidades especiales puede ser mejor partiendo de un cambio en nuestra comprensión de él y en nuestro modo de ser.

Este artículo ha sido publicado con permiso de Notas Paliativas www.paliativossinfronteras.org.

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