En 1961 la “Convención Unica sobre Drogas Narcóticas” (Single Convention on Narcotic Drugs) hizo un llamado tendiente a mejorar la accesibilidad a las sustancias controladas para usos médicos y científicos, a la par de prevenir acerca del abuso y el uso ilícito de dichas sustancias. Este balance se ha inclinado fuertemente hacia la focalización en el uso inadecuado, soslayando la necesidad de estos medicamentos para uso médico. Los cuidados paliativos han estado trabajando en pro de la restauración de este balance uso adecuado/mal uso, de forma tal que cualquier lista de medicamentos esenciales incluya a la morfina como fármaco ampliamente disponible para el tratamiento del dolor.
El cabildeo se parece al trabajo en el área rural. Uno siembra semillas que toman largo tiempo para crecer, pero que sólo ocasionalmente dan frutos. Asimismo, se precisa de mucha gente realizando el trabajo del granjero en forma efectiva. Lo mismo es para el cabildeo en cuidados paliativos. Años atrás, quienes abogaban por los cuidados paliativos comenzaron a inquirir acerca de por qué el énfasis de las organizaciones internacionales de control de narcóticos estaba puesto en limitar el acceso, en tanto no existía virtualmente atención hacia la accesibilidad de estos medicamentos esenciales para uso médico.
La “guerra a las drogas” ha crecido exponencialmente a lo largo de las últimas décadas. Entretanto, el 80% de la población mundial no tiene acceso a medicaciones adecuadas para el alivio del dolor cuando más lo necesitan. Para cambiar esta situación necesitamos cambiar la forma de pensar de mucha gente que se encuentra profundamente preocupada por al mal uso de estos medicamentos. Hace unas pocas semanas tuvo lugar la reunión Anual de la Comisión de Drogas Narcóticas de las Naciones Unidas (Commission on Narcotic Drugs -CND). La CND es el organismo global encargado de fijar las políticas necesarias acerca de la disponibilidad de las sustancias controladas. Su mandato proviene de tratados realizados por las Naciones Unidas (UN) bajo el título “Convención Unica sobre Drogas Narcóticas. (Single Convention on Narcotic Drugs’, 1961).
La Convención Unica hace un llamamiento hacia la mejora en la accesibilidad a sustancias controladas para uso médico y científico, al tiempo que previene en contra del uso inadecuado o ilícito de estas sustancias, lo cual configura un balance entre accesibilidad/prevención del uso inadecuado. A lo largo de las décadas, este balance se ha focalizado notoriamente en el mal uso/abuso.
En épocas recientes, algunas de las semillas que hemos sembrado han comenzado a florecer. Además de la CND, la oficina de las Naciones Unidas para Drogas y Crimen (UNODC) y la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) han comenzado a advertir que el problema es global y que afecta especialmente a países de medianos y bajos recursos, en los cuales se ve enormemente afectada la posibilidad de lograr alivio del dolor. Existe hoy un reconocimiento formal a este problema. Aún así, el uso de morfina y otros opioides potentes sigue siendo bajo en la mayor parte del mundo.
En la reciente reunión de la CND, se realizaron varias sesiones paralelas destacando este problema y el director de UNODC (Yuri Federov) acordó hablar a favor de la mejora en la accesibilidad a opioides. El principal foco de la CND apunta a tres áreas: 1) adecuación de la oferta; 2) adecuación de la demanda y 3) lavado de dinero. Nuestro principal punto de interés, como personas que abogamos en pro de los cuidados paliativos es observar que la JIFE incluya el acceso a sustancias controladas para uso médico como área de importancia dentro de su plan estratégico. Nosotros estamos trabajando con vistas a la sesión especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas acerca de Drogas, que tendrá lugar en 2016, para asegurar que la estrategia se focalice más en el uso adecuado de estos medicamentos.
Hemos hablado con delegaciones de muy diversos países y nadie objeta estos cambios una vez se dan cuenta de la enormidad del problema en cuestión. La mayoría de la gente, simplemente no sabe que resulta casi imposible controlar el dolor si persisten las restricciones hoy vigentes. Nos hemos reunidos con integrantes de la JIFE para acordar la forma en la que ellos puedan alentar a países con bajo uso de opioides a incrementar su utilización. También nos hemos reunido con integrantes del UNODC para comenzar a incluir mediciones de la accesibilidad a estos medicamentos en el Reporte Mundial de Drogas Anual (World Drug Report).
Todo esto significa que en lugar de estar ausentes de los salones del poder internacional, los cuidados paliativos están ahora sentados en la misma mesa y hablando acerca de formas concretas que nos ayuden a sobrepasar las barreras a las cuales nos enfrentamos nosotros, nuestros pacientes y sus familias. Estamos a la espera de que la OMS apruebe su resolución llamando a la expansión e inclusión de los Cuidados Paliativos, lo cual sería en mayo próximo, así como esperamos también un cambio mayor en las políticas de la CND para 2016.
Un agradecimiento especial para Diederik Lohman (Human Rights Watch), Jim Cleary (PPSG) y Katherine Pettus (IAHPC) por su trabajo ante la CND.
Este artículo fue originariamente publicado en le Edición Internacional de ehospice
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